La vía láctea dionisiaca germina entre enredaderas lunares
(todo se vuelve creación)
resignaciones efímeras configuran los ángulos de las estrellas,
los vértices constituyen la mitología astral.
Las figuras arrasan, se entremezclan, se sacuden
en el giro metafísico de la bipolaridad espacial,
cada una contribuye con lo suyo,
seducen, aman, se confunden... exageran
lo intrínseco.
Cáncer, te canto en la profundidad del mar,
Baco nebuloso, juegas en el alba visceral,
Patentas lo contradictorio,
mitificas el pasado de tus súbditos,
objetos de cobardía y de guerrilla,
correlaciones medianas de tu capricho lunar.
Ironizas las posibilidades embargadas.
Callas, piensas, actúas y reaccionas cuando todo es demasiado tarde.
Aborreces tu dinastía,
mas perseveras escéptico,
la acción satelital del enjambre geométrico,
infinitamente triangular, que continuará
la búsqueda aparente…
de la felicidad.